En la “Sultana de los Andes” (Riobamba) se levantó una gran ciclista. Miryam Núñez a sus 30 años se destaca por su humildad, trabajo constante y objetivos claros. Las caídas y derrotas en su carrera han permitido que renazca como el “ave fénix”.
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Acompañamos a la mayor presentante del ciclismo femenino en un día de entrenamiento. Recorriendo las vías de la zona de la capital y anexos con cantones aledaños, Núñez va retomando el ritmo para lo que es el arranque del ciclo olímpico.
Dependiendo de las labores que tiene previsto, su entrenamiento arranca cerca de las 09:00. “Me gusta mucho entrenar acá en Ecuador, por el tema de la altura. La altura ayuda muchísimo para ir a correr en Europa”, nos comenta la actual miembro del team Primeau Vélo Groupe Abadie.
“Me gusta mucho también ir a entrenar donde viven mis papás, que es en Riobamba, y un poco visitar el Chimborazo. De todos los lugares que he estado, creo que de cada uno he sacado algo de aprendizaje. He aprendido muchísimo para crecer tanto en mi vida personal y en mi vida deportiva”, agrega.
Motivación
“Bueno, mi motivación principalmente hoy en día es mi familia, mis padres. Creo que la mayor parte de lo que hago y muchas veces lucho es por ellos, por mi papá y mi mamá. Obviamente también incluía a mis hermanos”.
“Mi hermano mayor fue una parte principal para yo estar dentro de la bicicleta. Al inicio de todo esto fue gracias a él y es al que agradezco”, tachó.
Núñez nos demuestra en sus palabras que la resiliencia es un puntal en su preparación mental y física. Las victorias la han catapultado, pero sus derrotas han forjado su carácter.
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“He tenido muchas derrotas, la verdad que he llorado mucho sobre la bici y creo que la bicicleta es mi compañera fiel. Es mi compañera día a día, 24-7″.
“Muchas veces digo me gustaría que ella me respondiera, porque crean que con ella se habla. Y muchas veces me he preguntado a mí misma qué hago acá, por qué me pasa todo esto. He pasado por situaciones muy, muy duras, muy complejas”.
“Soy una de las personas que tal vez guardo eso dentro de mí y simplemente me levanto. Me levanto, si lloro, me limpio las lágrimas y digo: ‘Miryam hay que seguir’. Esto es lo que me apasiona, esto es lo que me gusta. Mi objetivo principal aún sigue en pie que es estar en unos Juegos Olímpicos”.
Un accidente que le ayudó a replantearse su carrera
“Hasta el día de hoy sí cuesta un poco, pero lo he podido asimilar, he podido salir adelante y de a poco lo he dejado. No es fácil, aún todavía me agobia el tema de los carros, pero sin embargo sigo adelante y disfruto, disfruto cada día que salgo en la bici sin pensar qué pueda pasar”.
“Obviamente sé que nadie sale a hacer daño a nadie, pero si hay conductores que no respetan a los deportistas y a los ciclistas, yo siempre he dicho que somos una porcelana encima de la bici y hay familias que nos esperan en la casa”, añadió a manera de reflexión.
En este camino a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, Miryam tendrá que enfrentarse a múltiples rivales pero una idea puntual la encamina a marcar la diferencia.
“Pero yo creo que mi mayor reto es yo misma, yo quiero y siempre digo y lucho. Mi frase desde hace mucho tiempo es: ‘Dios tú eres mi fortaleza’. yo sé que Dios tal vez tendrá algo preparado para mí más adelante, solo él sabe por qué me sacó de esa cama de hospital, por qué estoy ahora y sigo en este deporte y pues el tiempo de Dios es perfecto. Y como te dije, seguiré luchando por estar en Los Ángeles 2028 y sé que yo puedo, lo voy a lograr y con la bendición de Dios, el apoyo de mi familia ahí estaré y espero pues de aquí a 2028 decir lo logramos”.
Miryam Núñez es el claro ejemplo que con el apoyo de la empresa privada (Banco Pichincha y Fundación CRISFE), así como el Ministerio del Deporte, se pueden conseguir múltiples logros. Sumado a su constancia y profesionalismo, la gloria puede estar cada vez más cerca. Con cada pedaleo el oro no parece un sueño.