Ecuador lleva más de un mes en una crisis energética marcada por una escasez de agua sin precedentes, afectando las centrales hidroeléctricas, principal fuente de generación de electricidad en el país. La falta de lluvias ha reducido los caudales en represas clave como Coca Codo Sinclair y Mazar, provocando una disminución significativa en la producción de energía. Como resultado, se han implementado cortes programados de electricidad en varias regiones, extendiéndose de ocho a catorce horas en algunas zonas, lo que ha impactado la vida cotidiana, la economía y los servicios básicos de la población.
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En Quito, varios ciudadanos han encontrado en centros comerciales y cafeterías una solución temporal para poder realizar sus actividades diarias en medio de la crisis.
Eduardo Chávez, productor artístico, compartió su experiencia con Metro Ecuador mientras trabajaba desde una cafetería en un centro comercial en el norte de la ciudad.
Sentado junto a su laptop, celular y un café americano, Chávez explicó que reside en el sector de Carcelén, donde los cortes programados deberían ocurrir entre las 13:00 y las 20:00, y de 00:00 a 07:00.
Sin embargo, comenta que los cronogramas no se cumplen: “Es en el momento menos pensado cuando se va la luz. Anoche, por ejemplo, no se fue, entonces los horarios no son confiables. Prefiero venir para acá o a otros centros comerciales, aunque es un gasto adicional”, aseguró Chávez. Según él, el costo sube cuando necesita reunirse con clientes, llegando a gastar entre USD 4 y USD 8 diarios.
Ante la incertidumbre de la situación, Chávez expresa que ya no espera mucho del Gobierno: “No se puede definir qué va a pasar, todo es muy incierto”. Como él, muchos ciudadanos en la capital han optado por espacios de ‘coworking’ y otros sitios públicos para continuar con sus trabajos, acceder a internet, evitar la incomunicación o proseguir con sus estudios.